domingo

Muchas veces te he soñado
con tu silencio, con tu mano
y a mi soledad,
desde que te conocí
le he puesto tu aroma.

Muchas veces te he nombrado
entre mis locuras y lunas
entre mis noches y desvelos
y al mar, desde que te conocí
le puse tu aroma.

TanTas veces te esperé,
entre 4 paredes e incontables insomnios,
que a mi obscuridad le puse tu nombre.

Y solo Dios sabe
que a mis oledad
le urge quedarse fuera de mi noche
y que en su lugar
te quedes tu, niña.

Que ahora
la luna se quede velando
a los olvidados y náfuragos
y que en su lugar se queden tus ojos
en mi vida
y en mi soledad.

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